viernes, 21 de enero de 2011

I de INVIERNO

Invierno vestía como de costumbre: traje gris, camisa blanca. Negra la corbata, los zapatos y el bombín. Con mirada triste y perdida, vagaba por los meses más oscuros, entre mejillas ruborizadas, castañeos de dientes, y manos escarchadas. 
No esperaba nada de aquellos días, sólo dejarlos pasar, como pasaban las nubes, mientras el cielo se caía a chorros de la pena. Y entonces, llegó ella.
Su pelo tenía reflejos de sol, y llevaba ese vestido azul que tan bien le sentaba. Y su boca, con el color de las más ricas cerezas, se abrió como por primera vez cuando dijo:

-He venido a verte. Bueno, a ti, y a todos. Sé que no tengo por qué, pero mira como están... Pasaré unos días aquí, contigo y con vosotros.

Y así, con su maleta de flores, se instaló en aquella época del año que no le correspondía, malgastando (aun que "biengastar" le pareció a ella) unos días de sus vacaciones. 
Todo salió según lo previsto. Se descongelaron las sonrisas, y empezaron a posarse donde antes sólo había muecas tristes. Se abrió paso el sol entre las espesas nubes, y el cielo dejó a un lado tanta pena. 
Invierno, que siempre se había considerado una estación triste, comenzó a pensar que quizás, ese día como excepción, podría salir a la calle con unos vaqueros, y enseñar la mirada que escondía bajo ese bombín. Tenía los ojos grises, "Grises y bonitos", le decía siempre Primavera, como también le decía, a modo de promesa, que no se entrometería en su jornada de trabajo al año siguiente, aun que siempre volvía. A él no le gustaba que ella malgastase -"Pero si las biengasto, tonto"-, sus vacaciones allí, aun que fuesen muy pocos días... Sin embargo, a pesar del peso de las palabras, ansiaba cada año que llegase febrero, para que ella se dejase caer. Le sorprendió por ello, que esta vez apareciese un 13 de enero. 

Ahora, Invierno se pregunta preocupado, si al haber cumplido su cupo de visitas anual, Primavera volverá a visitarle en febrero...
No sabe que se moría de ganas de verle, y que ya tiene preparado el vestido verde, que le visitará el mes que viene, y que en marzo le propondrá, que compartan estación.

miércoles, 12 de enero de 2011

SUCESOS PARA NORMALES

Entró en la carnicería, y allí encontró una larga jauría de señoras. Sólo una de ellas se había atrevido a sacarse "al marido" de casa, ¡y pobre marido!. Se apreciaba en su angustiosa mirada que había optado por deleitarse mirando los pollos decapitados en lugar de participar en aquella no menos decapitante conversación.

- Oye bonita, tienes que pedir la vez- le anunció la que se notaba que acababa de salir de la peluquería, con aires de quinceañera que se siente segura porque está con sus amigas- que no por tener esa carita mona te va a atender antes nuestro Manolito, ¿verdad que no, Manolito, corazón?- terminó, mientras se echaban todas a reír escandalosamente.

Al marido no se le antojaba ningún sitio mejor donde meter la cabeza que en el culo de alguno de esos pollos vaciados, y el pobre Manolito, que era hijo de la Mari, dueña de aquel establecimiento, llamado Carnicería Mari (adoraba ese típico "juego de palabras" de las tiendas de barrio), a sus casi cuarenta años no pudo hacer otra cosa que sonrojarse. No supo bien si por no encontrar nada en su propia defensa, o en la de la chica de "carita mona".
Todos la miraban, esperando una respuesta, una reacción, un gesto maleducado. Pero "bonita", que justo cuando entraba en la carnicería, pensaba en lo mucho que le gustaría tener una vida paranormal, de película, como la que había visto el día anterior, sólo pudo sonreírse mientras decía:

- No se preocupe señora, que he cambiado de idea, ya no quiero cinta de lomo. ¿Quién da la vez a los sucesos para normales?

martes, 11 de enero de 2011

H de HACHE

Ay que ver lo silenciosa que se ace la ache para nuestros oídos,
y lo ruhidosa que se vuelve cuando hestá hante nuestros hojos.


PD: Después de esta simpleza, no me queda otra que excusarme, y es que estoy despierta porque mañana tengo que hablar en público, y no puedo dormir. Me duele mucho el estómago, y mi público va a estar demasiado cerca como para que funcione el truco de las dioptrías. Buf.

lunes, 3 de enero de 2011

G de Manos en GASSHO

Hace casi una semana (el martes pasado, para ser exactos) amanecí con un calenturón en el labio, y a mi lado femenino no se le ocurrió otra cosa que martirizarme con ideas tales como "Qué fatalidad, a cuatro días de Noche Vieja, y todos mirarán tu enorme labio deforme en lugar de tu precioso vestido". Y, en fin, no es fácil no dejarse torturar por el lado femenino, puede ser muy crítico cuando se lo propone, y a mí consiguió martirizarme del todo, recordándome además que mis "calenturones" duran siempre NUE VE E TER NOS DÍ AS.

Sin embargo, algo muy místico pasó. Una dependienta de "El Corte Inglés" se ofreció a "practicarme reiki". Yo nunca había oído hablar de esto, y para los que tampoco hayáis tenido el placer, se resume en algo así como un complemento a la medicina tradicional por medio de la transmisión de energía a través de las manos. En efecto, esa misma cara se me quedó a mí, pero milagrosamente estoy curada, y mi labio volvió a su estado natural.

Así pues, como yo nunca suelo creer en nada, me voy a tragar un poco esto, a ver si empezando el año con las manos en Gassho, se da igual de bien que el pasado.

AAAAAAUUUUUUMMMMMMM, y Feliz 2011.