domingo, 21 de marzo de 2010

WELCOME TO CAIRO


Recién llegada del caos...

de 38ºC en pleno mes de Marzo, de masificaciones de personas, superpoblación de coches, y olor a especias luchando por librarse del olor a pescado fresco lleno de moscas. De caras agradables, gestos amables, miradas tristes. De calles llenas de niños adultos, y colores chillones. De noches vivas y días muertos. De la ciudad que nunca duerme. Que se prepare Nueva York, porque dudo que allí encontremos barberías disponibles a altas horas de la madrugada, desde donde podremos observar burros arrastrando carros de naranjas. Y ojo, que los burros están en peligro de extinción, los rascacielos, los taxis amarillos, y los McDonalds 24 horas, no.

Partí pensando, que iba a ver las magnificientes pirámides, la famosísima esfinge de Giza, y el gran mercado Khan al khalili. Partí con miedo, miedo de beber agua del grifo, de que nadie hablase inglés,
de no entenderme con el dinero. Con miedo de que fuese peligroso el hecho de ir dos chicas solas.

He vuelto, encantada con sus gentes, sus calles, y sus mil aromas. He vuelto enganchada al té, enganchada a su caos, a su vida, a su "ni rastro" de Europa ni el mundo occidental. He vuelto, incluso, más sana, y más salva. Así es que, orgullosa, puedo decir que he salido cairosa de esta trepidante experiencia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja cairosa...q ocurrente (sarcasmo) :) Tu gran amigo House